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Paciente que acude a nuestra consulta para tratar el apiñamiento. Se realizó el tratamiento con férulas INVISALIGN con una duración de 12 meses.
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Entregar una caja con cepillos de dientes limpios, dentífrico, purificador de agua y unas pastillas de jabón a una familia totalmente devastada que ha perdido su casa y su granja, parece una ayuda simbólica tras un desastre como el terremoto en Nepal. Pero para Balbahadur Ghale y su familia este kit de higiene es un salvavidas.
“Es la primera vez que alguien nos da cosas que llevamos mucho tiempo tratando de encontrar”, dice Ghale, de 46 años, mientras comprueba el contenido del kit que UNICEF le ha entregado en una bolsa azul. Estamos en la remota aldea de Baluwa, en el distrito de Gorkha, a unos 200 kilómetros al oeste de Katmandú.
“Todo el mundo llega aquí con arroz y tiendas de campaña, pero no con jabones, mosquiteras o todas estas cosas que hay en la bolsa”, añade. Nos explica que hay escasez de jabón en el mercado, especialmente ahora que tanto lo necesitan.
Baluwa es un mercado pequeño y un punto central que conecta varios distritos. Como las carreteras han sido destruidas, Baluwa es la última aldea con caminos transitables. Más de 44.000 casas del distrito de Gorkha han sido destruidas.
Debido a la falta de espacio suficiente para albergar a tanta gente, cientos de personas, sobre todo mujeres, caminan durante horas hasta Baluwa para obtener ayuda de emergencia.
“La comida es fundamental, pero me preocupa la higiene y el saneamiento, ya que no hay materiales suficientes y el apoyo de UNICEF ha sido muy puntual”, dice Prem Gurung, un líder de la comunidad. Es voluntario social, y coordina la distribución a las familias de los kits de higiene proporcionados por UNICEF.
Cada bolsa contiene jabón para lavarse las manos, detergente para lavar la ropa, cepillos y pasta de dientes, cortaúñas, compresas, toallas, ropa interior, mosquiteras, purificador de agua, cuerda para tender la ropa, peines y un cubo.
Gurung perdió su casa en Baluwa, cuyos 99 edificios, donde viven 5000 personas, fueron completamente destruidos durante el terremoto de escala 7,8 que sacudió al país el pasado 25 de abril.
“No pudimos salvar nada, ni siquiera un cepillo de dientes”, nos cuenta. Explica que mientras todo el mundo habla de traer arroz o carpas, muy pocos piensan en jabón, pasta de dientes o, sobre todo, compresas, que no se pueden encontrar en todo el distrito.
Lavarse los dientes por primera vez en dos semanas
“No me cepillaba los dientes desde hace semanas”, dice Til Kumari Gurung, de 12 años. Está tumbada porque tiene una pierna herida debido al terremoto. Aunque se siente triste porque ha perdido sus libros del colegio y sus cosas favoritas han quedado bajo los escombros de su casa, está aliviada por tener su propio jabón y un cepillo de dientes.
Las lluvias previas a la temporada del monzón ya han empezado, y muchas familias están preocupadas por su higiene. Están rodeados de restos y escombros de los edificios destruidos, además de desechos, piedras, basura y chatarra. Para cualquier visitante, la mera visión de esta destrucción basta para causarle preocupación por un posible brote de enfermedades.
“Estoy preocupada por mis nietos, pero me siento un poco aliviada con estos artículos de higiene, que les ayudarán a no enfermar”. Nos lo cuenta Kalu Ghale, de 60 años, que se ocupa normalmente de sus nietos mientras sus padres pasan todo el día tratando de encontrar comida.
Lal Bahadur Gurung tuvo que recorrer 40 kilómetros colina abajo para llegar a la ciudad más cercana y comprar jabones, pero ahora ha tenido la suerte de conseguir un puñado. “Ahora mis hijas se cepillan dos veces al día y se lavan las manos muchas veces. Mi mujer está contenta por haber recibido compresas”, dice.
La mayoría de familias no pueden siquiera permitirse esto, y con el apoyo de UNICEF los kits de higiene les ayudarán mucho. Pero Bahadur nos cuenta que se necesitan más artículos, porque esta aldea se está quedando sin existencias. Hay demasiadas familias afectadas.
Fuente: Naresh Newar – Periodista
El paciente A.J. de 11 años, acude a nuestra consulta con apiñamiento maxilar importante. El canino lateral (12) está en mordida cruzada. Presenta una Clase II molar y canina, y la línea media está desviada. Se realizó un tratamiento con brackets autoligables metálicos de smartclip 022. La duración del tratamiento fue de 22 meses.
El paciente actualmente ha terminado el tratamiento con brackets y lleva una contención fija de 2-2 en maxilar y 3-3 en mandibular; para complementar también lleva una férula ESSIX durante la noche.
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