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CEPÍLLATE LOS DIENTES ANTES DE IR A LA CAMA
Sólo el 59€ de los niños se cepillan los dientes antes de irse a la cama. Este hábito es fundamental, ya que durante la noche disminuye la formación de saliva, agente que nos ayuda a limpiar la boca de bacterias.
¿QUÉ HACER EN CASO DE UN TRAUMATISMO DENTAL?
Ya sea un golpe, una fractura o una avulsión dental, los papás deben llevar al niño al dentista rápidamente para que éste haga una valoración del alcance del impacto.
HAY QUE CUIDAR LOS DIENTES DE LECHE
Los dientes de leche hay que cuidarlos igual que los dientes permanentes pues cumplen funciones básicas en el niño, tanto funcionales como estéticas.
CUIDADO CON LOS DULCES
Tomar dulces a diario incrementa en un 55% el riesgo de necesitar tratamientos odontológicos. Si nuestro hijo toma dulces es necesario que seguidamente se cepille los dientes.
CUIDADO CON LAS BEBIDAS AZUCARADAS
Los zumos de fruta y las bebidas gaseosas poseen ácido que con el tiempo desgasta el esmalte dental. Esto provoca mayor predisposición a desarrollar caries
CAMBIA TU CEPILLO CADA 3 MESES
Sólo el 39,7% de los niñ@s cambia el cepillo de dientes cada tres meses. Si no lo cambiamos con esa frecuencia, el cepillo de dientes se desgastará dejando de cumplir su función.
CUIDADO CON LOS DIENTES PICADOS
El 13,7% de los niñ@s tiene algún diente picado. Si queremos prevenir a tiempo ese problema, nada mejor que acudir cada 6 meses a revisión con el odontólogo.
EL DESAYUNO MEJOR EN CASA
Los niños que no desayunan en casa tienen mayor riesgo de padecer caries. Por una parte porque no desayunarán alimentos tan saludables, y por otra, porque, probablemente, no no se cepillarán los dientes en el colegio.
Datos extraidos del VI Estudio Anual de hábitos bucodentales en niños.
Lo utilizas varias veces al día para mantener los dientes y la boca limpios, pero ¿qué tan limpio está el cepillo? A simple vista, no notas el peligro, pero los microbios y las bacterias proliferan en todas partes, tanto en el cepillo como en tu boca. Esta le sirve de “hotel” a cientos de microorganismos de distintos tipos, y lo peor es que pueden pasar al cepillo de dientes cuando lo usas y multiplicarse allí a su gusto. Para complicar más las cosas, el cepillo de dientes se guarda generalmente en el baño, y eso puede contaminarlo con gérmenes del aparato digestivo. Esto ocurre si no te lavas bien las manos después de ir al baño, o puede suceder debido a las gotas microscópicas que se esparcen después de descargar la taza sanitaria si ésta se encuentra muy cerca del lavabo.
¿Hay algo que puedas hacer para mantener tu cepillo de dientes libre de bacterias y organismos indeseables? La clave está en cuidarlo, guardarlo de la manera apropiada… y reemplazarlo con frecuencia. Los siguientes puntos pueden ayudarte a conservar tu cepillo de dientes limpio y “saludable”:
- Lávate las manos. Después de ir al baño y antes de cepillarte los dientes cada vez. Esta simple precaución reduce las probabilidades de que haya contaminación fecal.
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Usa un enjuague bucal antimicrobiano antes de cepillarte los dientes. Ese tipo de enjuague disminuye las bacterias de la boca, lo que reduce el riesgo de que terminen en tu cepillo de dientes cuando lo uses.
- Utiliza el hilo dental. Debe ser parte de tu limpieza bucal regular. El hilo dental reduce las bacterias que se alojan en tu boca, y así no contaminan el cepillo. Esto es aun más importante si tienes alguna enfermedad de las encías, porque las bacterias bucales pueden pasar a la corriente sanguínea cuando realices actividades normales como comer, mascar chicle o cepillarte los dientes.
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Mantén tu cepillo bien limpio.Lávalo con el agua del grifo hasta que esté completamente limpio, cuidando de eliminar todo residuo de pasta dental y de alimentos entre las cerdas. También se ha dicho que si remojas tu cepillo de vez en cuando en un poco de enjuague bucal antimicrobiano, disminuye el nivel de bacterias que se desarrollan en él.
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Guarda tu cepillo de la forma correcta. Eso significa colocarlo verticalmente con las cerdas hacia arriba para que se sequen al aire. El cepillo debe estar bien seco la próxima vez que lo uses. Según la American Dental Association, nunca guardes tu cepillo en un envase cerrado ni lo cubras (la humedad hace que los microorganismos se desarrollen con más rapidez).
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No te “enamores” de tu cepillo. Cambiarlo más o menos cada tres meses es razonable, a no ser que las cerdas se estropeen o se deformen antes.
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Ten cuidado adicional cuando te enfermes. Si algún miembro de la familia está enfermo, su cepillo de dientes debe guardarse alejado de los demás para evitar la contaminación. Y lo ideal es reemplazar el cepillo contaminado por uno nuevo cuando la persona recobre la salud.
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No compartas tu cepillo de dientes con nadie. Si lo haces, además de compartir el cepillo, compartes las bacterias que se alojan en él. Entre ellas, las que causan caries dentales y enfermedades de las encías, dos problemas que afectan a gran parte de los adultos.
Claro que “tratar con cariño” a tu cepillo de dientes es importante para conservarlo en buen estado, para garantizar una higiene dental efectiva y minimizar el riesgo de contaminación. Pero recuerda que eso no sustituye las visitas al dentista para revisiones periódicas y limpiezas profesionales.
Fuente: vidaysalud.com