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He decidido que el año 2016 voy a tener una salud envidiable, incluyendo la bucal. Para ello, he elaborado mi particular lista de propósitos para lograr una buena salud bucal:
1- Renovar el cepillo de forma periódica. Acostumbro a no renovarlo hasta que no lo veo muy desgastado. Sin embargo, estudios han demostrado que a partir de los 3 meses el cepillo pierde eficacia porque los filamentos se han desgastado (se abren en forma de abanico) y además, si no se han limpiado y secado bien tras cada uso, pueden favorecer la contaminación microbiana.Para cumplir con mi primer propósito, voy a apuntar en el calendario cuando corresponde realizar cada cambio.
2- Cepillado después de las comidas, incluso estando fuera de casa. Normalmente, realizo siempre el cepillado antes de salir de casa por la mañana y antes de acostarme, pero suelo olvidar el cepillado de mediodía. Siendo sincero, este hábito me cuesta más cumplirlo estando fuera de casa (viaje por trabajo o vacaciones). Para solucionarlo, tendré siempre en mi lugar de trabajo y en mi maleta un cepillo de tamaño más compacto para poder llevarlo cómodamente. Además, intentaré llevar un cepillo interproximal o un poco de hilo dental (en mi cartera, en el coche, etc.), para aquellas situaciones en las que no tenga a mano un baño para realizar el cepillado, al menos poder eliminar los restos que queden atrapados entre los dientes.
3- Realizar la higiene interproximal. Como espero a realizarla al final del día, llego cansado y en muchas ocasiones, lo dejo para el próximo día, sin pensar que es un foco de problemas de salud bucal. Para evitar que esto suceda, realizaré la higiene interdental (ya sea con cepillos interproximales, hilo o irrigador) antes del cepillado nocturno. Creo que así no me “olvidaré” de la zona entre los dientes.
4- Limpieza de la lengua. No son los dientes, pero también se pueden acumular restos de alimentos y de bacterias en las rugosidades, de la lengua lo que puede favorecer la aparición de otros problemas como halitosis. Hasta donde yo sé, no tengo mal aliento (tampoco sé si alguien me lo diría), pero para prevenir su aparición, voy a usar el limpiador lingual todas las noches antes de acostarme.
5- Vigilar la dieta. No solo influye en la salud general, sino que tiene una relación directa con la boca. Así, las dietas ricas en azúcares y ácidos favorecen la aparición de caries y sensibilidad dental, respectivamente, mientras que las frutas y las verduras aportan vitaminas que pueden ser beneficiosas para la cavidad bucal. Por ello, voy a intentar disminuir la ingesta de alimentos y bebidas ácidos y/o ricos en azúcares y aumentar el de frutas y verduras. Además, cuando tome alimentos ácidos, esperaré a cepillarme unos 30 minutos, para no “frotar” los ácidos contra el esmalte y dejar que la saliva los neutralice.
6- No morder las uñas ni sostener con la boca objetos muy duros y/o metálicos. Este hábito, que muchas veces se hace de forma involuntaria, puede dañar el esmalte y producir así sensibilidad dental. Asimismo puede ocasionar traumatismos a nivel de los ligamentos de los dientes. Es decir, voy a dejar de morder bolígrafos, lápices, clips, etc.
7- Ponerme en forma. Aparte de ayudar a encontrarme mejor físicamente, existe evidencia de que la práctica deportiva puede contribuir a una mejor salud bucodental.
Para ello, me he propuesto ir a trabajar bien en transporte público o bien caminando (los días que sea necesario el coche, aparcaré un poco más lejos para compensarlo), intentar usar menos el ascensor y más las escaleras y cualquier otra actividad que pueda realizar con ejercicio en lugar de con una máquina.
Por último, y más que un propósito es un objetivo, voy a convencer a 3 personas de mi entorno para que también intenten realizar estos propósitos (incluyendo convencer a otras 3 personas).
Fuente: http://blogsaludbucal.es/