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Lo mejor del verano es que nos permite aparcar por un tiempo las rutinas y vivir de forma mucho más improvisada y espontánea. Para que la libertad estival no afecte a tu salud bucodental, ¡hoy recopilamos todos los consejos necesarios!
ALIMENTACIÓN
Los alimentos con alto contenido en azúcar como helados, refrescos y granizados aumentan el riesgo de desarrollar caries y, además, pueden contener ácidos que favorecen la erosión del esmalte.
SENSIBILIDAD DENTAL
Los helados, bebidas frías o el hielo son buenos compañeros para combatir el calor veraniego, pero pueden no serlo tanto si sufrimos sensibilidad dental. Pero no te preocupes, se trata de un problema con solución a través de una correcta higiene bucodental realizada con productos específicos y respetuosa con dientes y encías.
DEPORTES
La práctica de deporte es muy buena para nuestra salud general y también para nuestra salud bucodental. Sin embargo, la exposición frecuente a piscinas mal cloradas puede afectar al esmalte si se hace durante periodos muy largos de forma diaria. Los cambios de presión durante el submarinismo también pueden tener consecuencias en nuestros dientes por lo que es necesario practicar estos deportes siguiendo una serie de precauciones.
TRATAMIENTOS
Los tratamientos como la ortodoncia fija o removible o el uso de férulas de descarga son importantes para la salud bucodental y necesitan de la constancia y compromiso del paciente para garantizar su éxito. Es fácil que esta constancia se vea afectada por el cambio de rutinas propio del verano. ¡No dejes que el verano afecte a tus tratamientos! Recuerda que para disfrutar al máximo de tus merecidas vacaciones, lo mejor es que tu salud bucodental esté en perfectas condiciones.
fuentes:
https://www.vitis.es/blog/habitos-veraniegos-afecta-salud-bucal
https://www.consejodentistas.es/comunicacion/actualidad-consejo/notas-de-prensa-consejo/item/807-la-salud-oral-y-el-verano.html
La hipersensibilidad dental es un problema más frecuente de lo que parece y que incomoda en cualquier momento del año, pero se hace especialmente notable en las épocas más cálidas, ya que en ellas se incrementa el consumo de bebidas y alimentos fríos. El dolor producido por estos alimentos y bebidas es el más común entre las personas con sensibilidad dental, aunque también existen otros estímulos dolorosos, como la toma de productos calientes, dulces, ácidos…
En condiciones de salud, la dentina (parte interna del diente) no debe estar en contacto con el exterior, ya que está recubierta por el esmalte dental o el cemento radicular. La sensibilidad dental se produce cuando se elimina esta protección, debido a una retracción de la encía o pérdida de esmalte dental. La dentina queda expuesta al exterior y, con ella, los millones de túbulos dentinarios que contiene son capaces de transmitir los estímulos (frío, calor, dulce…) que se producen en la boca a la pulpa del diente, produciendo dolor.
Conseguir que el esmalte o el cemento radicular no se dañen es clave para evitar que estos estímulos lleguen a la dentina, por lo que deberemos protegerlo en la mayor medida posible. Para ello se deben poner en práctica una serie de consejos para evitar su aparición y poder disfrutar con comodidad de cuantos productos refrescantes se desee. Cuidar la higiene bucal con productos específicos para la sensibilidad dental y evitar ciertos hábitos son las pautas a seguir.
Se recomienda el uso de cepillos de dientes con filamentos suaves, con extremos redondeados y superficie lisa, que permitan una limpieza delicada, sin dañar el esmalte ni las encías. Tampoco han de ser abrasivos otros productos de higiene bucal, como el gel o pasta dentífrica. Es importante, además, complementar su acción con el uso de un colutorio específico.
En la alimentación es esencial evitar aquellos productos más ácidos (tomates frescos, cítricos y bebidas carbonatadas). Otra recomendación es que se debe evitar dañar el esmalte introduciendo en la boca o sosteniendo con los dientes productos con componentes metálicos o muy rígidos, como clips, bolígrafos, alfileres, clavos, etc. El esmalte lo agradecerá y se preservará en buenas condiciones durante más tiempo.
Fuente: blogsaludbucal.es
